Cristina Barbieri |
Cristina es de Argentina. Ella vive en una parte alejada en su país. En un lugar de vacaciones, y centro de ski en la cordillera de los Andes. El lugar se llama Bariloche. Es psicóloga y psicoanalista, está casada con un artista y tiene tres hijos. Además esta muy muy muy interesada en Beethoven, personal y profesionalmente. Cristina ama Baden, y …. Bueno, mejor lean lo que sigue. Por favor tengan en cuenta que Cristina tomó todas las fotos que estan en esta página: ella tiene muchos talentos… Hay dos textos más en este sitio que fueron escritos por Cristina |
Baden |
Lamento admitir que estoy absolutamente conciente del monstruoso exceso de superlativos que voy a usar en estas palabras. Pero estoy también conciente que, después de todo, si es cierto que los superlativos tienen que tener su lugar en nuestro uso del lenguaje, entonces AQUÍ y AHORA, es su lugar. Baden es un extremadamente maravilloso pequeño pueblo que se encuentra a unos 45 km. de Viena. Parte del pueblo se encuentra exactamente igual a cuando fue reconstruido después del incendio de 1912. Las otras partes, son por supuesto mas viejas. |
Beethoven vivió en diferentes lugares durante sus numerosas estancias en este lugar. Era un lugar de baños turcos, y aun es muy popular por eso. Una de sus habituales alojamientos, (que fue parte de la casa de un panadero) fue convertido en un pequeño y calido museo. El museo en si, esta alojado en el primer piso del edificio, que tiene la mas adorable entrada en arco y una preciosa escalera. No hay nada original en el museo, pero el efecto general es extremadamente atractivo. En la soleada habitación mayor, hay un muy buen retrato de Ludwig, que podría ser una copia de uno de los Klöbers, o tal vez un Klöber auténtico? No pude enterarme de cual de ambas alternativas, preguntando a los empleados del museo; infinitamente amables, pero solo germano parlantes. Y realmente traté de enterarme. Presenta una firma que bien podría ser de él, pero por otra parte yo creía saber que había solo 3 o 4 Klöbers… Fue un lindo misterio que no pude resolver de cualquier manera. En realidad yo SÍ creo que es un Klöber. Y por supuesto, hay aún otro mechón de cabello de Beethoven, de un bello gris, (bueno,… estaba bastante seguro debajo de su cubierta de vidrio) Un piano Streicher del periodo histórico correcto, y facsímiles de abundantes partituras supuestamente escritas en el mismo lugar. |
La “Neuten haus” |
El edificio se llama la “Neuten haus” (la casa de la Novena). Y partes de la Sinfonía son permanentemente la música de fondo en el lugar. La verdad es que no es más que un par de cuartos soleados, y uno de ellos esta preparado como el dormitorio de nuestro compositor. (Bueno, mas o menos) El mobiliario no es el original, por supuesto pero el efecto es convincente. También tienen un saco de invierno, con capa y un sombrero de copa, colgado en un perchero. Como si Beethoven los hubiera dejado ahí unos minutos antes… El saco es muy grande, y el color no es el que corresponde, pero el efecto es interesante. Bonito museo. |
Helenenthal |
Ahora bien, el Helenenthal, es totalmente otra cosa. Un asunto absolutamente diferente. Todo el paisaje que rodea al pueblo de Baden es muy, muy hermoso. Es algo archi-conocido que nuestro hombre amaba las caminatas siempre y en cualquier lugar en que se hallara. Y cuando estaba en Baden, el valle del Helenenthal era su paseo preferido. Pasaba horas en sus senderos. Por lo tanto, los Austriacos han marcados tantos y tantos “wegs” (senderos) en los alrededores. (Lo mismo que en Heiligenstadt, Mödling… Vas a encontrar cartelitos que dicen “Sendero-Beethoven” por todas partes. |
El sendero más importante, comienza después de haber pasado por debajo de las ruinas de Rauhenstein, el lugar donde –se supone- Karl intentó suicidarse sin mayor éxito en 1826. Desde ese lugar en adelante, hay un largo camino, a la vera de un encantador arroyo. El sendero sigue y sigue por kilómetros. En algunas partes, la ruta esta cerca del “weg”, y en algunos otros lugares el sendero corre por el medio del bosque. Tuve la suerte más maravillosa posible, en cuanto al clima del lugar. El día en que decidí hacer mi “caminata-Beethoven”, y pasar la mayor parte del día en ese sendero, fue finalmente el día más alto del otoño. |
Esto es: ese día perfecto en que los colores de las hojas de los árboles, están tan maravillosas como pueden llegar a estar. El punto perfecto del otoño. A eso tengo que sumar ahora, que era ya temporada baja, y que no había absolutamente nadie más que yo, caminando en el lugar. Y entonces, se me regaló también la más bella lluvia de hojas amarillas y doradas que de a ratos caía sobre el sendero, desencadenada por una suave dulce brisa como nunca había experimentado. El cálido color de las hojas, el sonido del cauce de agua, los pájaros. El dorado techo de las copas de los árboles, el dorado manto sobre la tierra del sendero… |
Se sentía como estando dentro de un sueño. Un sueño extremadamente romántico, bucólico, intemporal. Si la Sinfonía Pastoral hubiera comenzado a sonar en ese momento, yo no me hubiera sorprendido de ningún modo. (Bueno, tenía la versión de piano del concierto de Violín sonando en mi discman, y era perfecta también) No exagero ni un poquito, cuando digo que ESE día, pude experimentar la Naturaleza en una manera que no había conocido antes. Y no fue para nada difícil imaginar cuanto habría disfrutado nuestro Ludwig ese sendero, en innumerables caminatas. Qué fuente de alegría….. El lugar es TAN hermoso, todavía hoy en día. Y fue tan emocionante para mi poder sentir la felicidad que el debía haber sentido entonces, en aquel preciso lugar. Fue muy bello poder tener conciencia de la felicidad de Beethoven. Una felicidad que todos podemos escuchar en tantos momentos musicales, y que visualmente pude encontrar allí. Hermoso. |
© Cristina BARBIERI |
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